Pues bien se trata de dos salidas cortas, la primera en el embalse extremeño de la Serena y la segunda en la provincia de Ciudad Real. Las sesiones fueron preparadas con dos días de antelación al momento de realizarlas.
Para la primera de las salidas, repartí en el punto elegido una mezcla de semillas, pellet y frolic, además de unos cuantos boiles, todo lo anterior nada exagerado por el motivo que todos sabemos, aquí la intención era poder hacer atractiva la zona para algunos ejemplares de Chanel que tantísimo abundan en esta enorme concentración de agua. Mi ilusión era poder engañar a alguna pieza de porte considerable, favorecido por la prácticamente nula actividad de los más pequeños.
Para la segunda, lugar donde son más frecuentes las carpas, realice un cebado con boilies de alto contenido en hidratos (para intentar activarlas un poco), además de algunas bolas de engodo casero a base de cereales.
Bueno llegó el día de la primera sesión, hacía un frío que pelaba, frío que se notaba aún más a pie de orilla.
Las horas fueron pasando. En una de las cañas decidí probar suerte con la lobriz de tierra y cuando todo apuntaba que la temprana picada iba a ser la única, ese gratificante sonido llego hasta mi oído, unos pítidos tímidos, pero suficientes para cuando estuve a la altura de la caña poder comprobar que al otro lado del hilo había algo. Comencé a recoger y notaba como mi "rival" se anclaba al suelo, lo que hacía prácticamente imposible el margen de error. ¡Era un Pez Gato!. Efectivamente un ejemplar pequeño, pero que en otra época del año sería difícil de conseguir en esta zona por impedirlo sus hermanos pequeños.
Por cierto no fue en la caña de la lombriz, pero os muestro la foto del montaje por que me parace interesante.
Tras esto la sesión toco su fin, mañana muy fresquita, pero doblemente satisfactoria.

La segunda salida la realice que los ya conocidos Juan F. Robledo y Primi Delgado-Aguilera. . Mucho más facil montar los equipos cuando somos varias personas, al poco tiempo de llegar a nuestro puesto de pesca estaba ya todo montado.

Con estos otra cosa faltará pero viandas jamás (inmenso desayuno el que nos metimos)
La tranquilidad reinaba, nada de actividad, el bolo se veía venir. Además no podíamos estirar mucho la jornada, pues otros compromisos nos esperaba.
Sobre las 11 de la mañana recibimos la visita de un buen amigo, Fernando Talavera, y con el vino la suerte, no llevaría con nosotros más de media hora cuando unas de las cañas se arrancó con violencia. Fernando nunca había visto pescar a través de nuestra modalidad deportiva y como no, le dejamos hacer los honores. Para no haberlo hecho nunca llevo hasta la sacadera una fuerte carpa con gran maestría. Yo creo que hemos hecho otro aficionado. No se lo creía. - ¡Preciosa! ¡Preciosa! - repetía una y otra vez. Efectivamente preciosa común de algo más de 7 kg.
Hubo una segunda picada, picada trasera que para cuando quisimos clavar había tenido la habilidad de escupir el anzuelo..... Jejeje ..... en más de una se habrá visto.
Jornada terminada con un buen sabor de boca. En esta época evitar irse en blanco es un triunfo. Nada amigos pescadores, un fuerte abrazo.