Hola de nuevo a todos
amigos, hoy lo primero que quiero hacer es dedicar estas líneas a
uno de los protagonistas de la sesión, mi buen amigo Jose Luis
(Bustamante), que no lo pensó ni un sólo instante cuando le propuse
el realizar una salida, aunque ello le conllevase una buena
kilometrada para acudir al encuentro.
El puesto fue preparado
escasamente 48 horas antes de la sesión, el cebo base fue una mezcla
de semillas: jamón (maíz), cañamón, altramuces y como no, ideales
para esta época, chufitas. Además de lo anterior unas pelotas de
engodo de chufa y un par de kilos de bolas. - Piña y Ácido Butírico
de la casa Carpzone -.
Después de comer nos
pusimos rumbo al puesto, sobre las 5 y media de la tarde todo estaba
dispuesto, haciendo un mal uso de las licencias colocamos 6 cañas,
los cebos elegidos para las mismas serían la chufa, el altramuz y
boilie de Piña, cada uno de los anteriores colocados en dos cañas,
combinados con artificiales y pop ups para realzar un poco más su
atractivo. Un último toque a base de cobra y unas bolas de engodo
con unas chufas en su interior y todo preparado para lo que los
ejemplares del lugar nos quisieran deparar.
En otras estaciones del
año, principalmente en invierno he tenido muy buenos resultados en
la zona con boilies y pellets salados, pero con el calor es imposible
su utilización debido a que las numerosas tortugas que allí
habitan, álgidas de actividad, no permiten siquiera que lleguen a
posarse en el fondo. En esta sesión se comían hasta los boilies
antes mencionados, cebo que hasta la fecha habían respetado, pero
bueno aún así son muy recomendables para escenarios donde estos
reptiles son abundantes.
Bien, pues las horas de
calor fueron pasando y quitando un par de arrancadas, sin llegar a
clavar, que se produjeron a las cañas donde estaban colocadas los
altramuces, no hubo nada que resaltar. Sobre las 11 de la noche
fuimos sacando cañas, pudiendo comprobar que los boilies y los
altramuces estaban mordidos, no así las chufas que estaban intactas.
Después de colocar todo correctamente, la calma reinaba, saltos
aislado y algunas zambullidas de varios patos que nos hicieron una
visita, rompían el silencio sepulcral de teníamos en el lugar.
A las 00:30 horas
primera picada, estábamos ya tumbados cuando de repente pitido, al
segundo nuevo pitido y …... arrancada, el amigo Bustamante, que es
principiante en estos quehaceres, se colocó en posición y comenzó
a recoger, la verdad que después de pelearse con el carrete
consiguió traer hasta la orilla francamente bien una carpita de unos
4 kilos. La guardamos en una saco de retención y volvimos a colocar
un par de chufas en el hair, que fue el cebo que llamó la atención
de nuestra primera captura.
Sobre la 1 y media nueva
arrancada en una de las cañas de los altramuces, nuevamente José
colocado en posición y después de clavar, empieza la
lucha ….... y venga a darle al carrete, varios minutos de “pelea”
y a mi la cosa me parecía extraña. Yo le iba preguntando, -¿que
tal Busta? ¿es grande?-, él contestaba: -¡si tío, si es buena!- .
-Pues nada macho aguántala-, le decía yo.
(Tengo que explicar que
nos encontrábamos a diferentes alturas, ya que para un mejor uso de
la sacadera yo bajé al borde del agua y Jose se encontraba sobre una
especie de escalón que la fuerza del agua había creado en épocas
de mayor caudal, además no utilizábamos frontales por no llamar la
atención, valiéndonos únicamente de la claridad que nos
proporcionaba una preciosa luna llena que nos acompañaba esa noche)
Después de un buen rato
de espera, dándole explicaciones, de ver a Jose ya sudando, subí
hasta su altura, cogí la caña para ajustar el carrete y al
sujetarla. -¡Coño, pero si no hay tensión!-, encendí el frontal y
el plomo estaba en la misma puntera, lo que hacía que la caña se
balancease arriba y abajo (los supuesto tirones que daba el pez).
Vamos, que estuvimos 10 minutos rizando el hilo en el carrete
pensando que teníamos un pez clavado. Cuando lo ví casi me caigo al
agua de la risa. S
i estuvimos 10 minutos haciendo el bobo, no serían menos los que estuvimos sin poder parar de reír. Sin duda la anécdota de la jornada. Vaya 2 nos fuimos a juntar.
i estuvimos 10 minutos haciendo el bobo, no serían menos los que estuvimos sin poder parar de reír. Sin duda la anécdota de la jornada. Vaya 2 nos fuimos a juntar.
Sobre las cuatro nuevo
sobresalto, una caña en la que había colocado un snowman de los
boilies de piña, se arrancó con fuerza. A mi compi le pilló fuera
de juego, así que me tocó entrar en acción, la cosa pintaba bien,
tiraba con fuerza y todo hacia presagiar que sería de un porte muy
superior a las anteriores capturas. Después de varios minutos de
lucha, de haber enredado un par de cañas, llegó a la sacadera un
precioso ejemplar de un buen tamaño, después de desanzuelarla la
introducimos en otro saco y al agua. Por la mañana la pesamos, no
alcanzó las dos cifras por muy pocos gramos.
Nuevamente tumbados,
aquí tuvimos cierta tregua, no sería hasta las 8 de la mañana
cuando otra arrancada nos levantó, Jose al ataque y después de un
buen trabajo de caña y carrete, conseguía meter en la sacadera otra
carpita de casi 5 kilos. Otra que tras introducir en su
correspondiente saco metimos en el agua, a la espera del “Photocall”,
jejejejejeje.

Sobre las 10:30 horas después de desayunar y recoger parcialmente el campamento, realizamos la sesión fotográfica y la suelta de carpas, algo fundamental para que nuestra afición perdure en el tiempo.
Sobre las 10:30 horas después de desayunar y recoger parcialmente el campamento, realizamos la sesión fotográfica y la suelta de carpas, algo fundamental para que nuestra afición perdure en el tiempo.
Cuando sólo quedaban por recoger las cañas una nueva picada, otra bonita carpa de algo más de 2 kilos nos quiso despedir, cerrando así una bonita jornada, en compañía de un viejo amigo.
Sin más me
despido dando las gracias a Busta. Un saludo para todos, hasta pronto
y recuerda, siempre...... ¡CAPTURA Y SUELA!
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