Hola a todos, bueno
después de un par de meses tentado a los torpedos plateados (por
cierto, no con mucho éxito) y aprovechando un ligero aumento de las
temperaturas, con previsión de anticiclón sobre Madrid para
las fechas elegidas, se presentaba la oportunidad de buscar nuestro
primer día en pos de ese especimen que, literalmene hablando, no tocábamos
hacía bastante tiempo; “la Carpa”.

Todo preparado, sólo tocaba esperar y la verdad que en las primeras horas reinaba la calma, no hubo signo alguno de actividad, no se vio ni un sólo salto, ni una sóla burbuja...... ¡no pintaba muy bien!.
Llegó la noche, nuestras esperanzas estaban depositadas en este momento, pensábamos que algún ejemplar de tamaño superior sucumbiría a nuestros cebos, pero pudimos descansar prácticamente del tirón, no fue hasta las 5 de la mañana cuando una picada nos hizo saltar como resortes, pero a pesar de que era un ejemplar sano y fuerte, no era muy grande (jejejeje). Bueno nunca hay que menospreciar una captura.
Amaneció y las primeras horas de luz no arrojaba resultados, nuestra sesión llegaba a su fin, decidimos desmontar el campamento y dejar las cañas para recogerlas justo al final con la esperanza de que aún hubiese alguna picada que nos dejase un buen sabor de boca, y como hasta el rabo todo es toro, a última hora otra preciosa royal hizo sonar la alarma, una carrera que hacía presagiar que al otro lado del sedal había algo bueno, tras una bonita batalla nuestro ejemplar llegó a la moqueta, no alcanzó las dos cifras por muy poco, fue la captura más relevante.
El escenario fue
preparado con una semana de antelación, con un total de tres cebados
no muy amplios, pues desconocíamos la actividad que habría
en el lugar por el que apostamos.
Llego el día, al
amanecer nos encontrábamos a pie de orilla el que suscribe y el
amigo Óscar, cada uno comenzamos a preparar nuestro equipo, al
tiempo que hacíamos apuestas sobre el cebo más adecuado y el puesto donde aparecería la primera picada.



Todo preparado, sólo tocaba esperar y la verdad que en las primeras horas reinaba la calma, no hubo signo alguno de actividad, no se vio ni un sólo salto, ni una sóla burbuja...... ¡no pintaba muy bien!.
Sobre el mediodía
mientras tomábamos un piscolabis una de las alarmas de Óscar, dio dos avisos, dos pitidos que nos pusieron en “prevengan” a
pie de caña esperando la picada ..... y ..... “bingo”, veloz arrancada
que frenó mi compi, quién clavó un ejemplar de royal con muy buen aspecto. "No esta mal para comenzar”.
(Tengo afán de protagonismo, foto robada)
Bueno decir que ambas
apuestas las perdí, primera picada y cebo triunfador (Pellet de
Halibut), concretamente dos piezas de 20 mm. Caña repuesta con el
mismo manjar y acompañada con una malla de micropellets del mismo
sabor.
Durante la tarde la cosa
pintaba mejor, varios saltos en zona hacían pensar que el cebadero funcionaba y así fue, conseguimos 2 capturas de un porte algo superior
a la primera. Una de ellas por problemas técnicos no aparece en este resumen.
Llegó la noche, nuestras esperanzas estaban depositadas en este momento, pensábamos que algún ejemplar de tamaño superior sucumbiría a nuestros cebos, pero pudimos descansar prácticamente del tirón, no fue hasta las 5 de la mañana cuando una picada nos hizo saltar como resortes, pero a pesar de que era un ejemplar sano y fuerte, no era muy grande (jejejeje). Bueno nunca hay que menospreciar una captura.
De nuevo vuelta al
sobre, pero para poco tiempo, dos picadas casi consecutivas caldeaban el ambiente y falta hacía ya que la temperatura era bastante baja. Después de
inmortalizar el momento, ambas capturas de vuelta a su hábitat.
Amaneció y las primeras horas de luz no arrojaba resultados, nuestra sesión llegaba a su fin, decidimos desmontar el campamento y dejar las cañas para recogerlas justo al final con la esperanza de que aún hubiese alguna picada que nos dejase un buen sabor de boca, y como hasta el rabo todo es toro, a última hora otra preciosa royal hizo sonar la alarma, una carrera que hacía presagiar que al otro lado del sedal había algo bueno, tras una bonita batalla nuestro ejemplar llegó a la moqueta, no alcanzó las dos cifras por muy poco, fue la captura más relevante.
En este paraje la concentración de ejemplares es elevado, si bien su tamaño no es desmesurado, un total de 7 capturas de un tamaño medio-bajo, resaltando la última que alcanzó los 9.8 kg.
Hasta otra amigos.
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